A las especies de este género se las conoce también como “sardinas de colores”, y las distintas variedades suelen diferenciarse con la adición al nombre científico de su lugar de procedencia, como, por ejemplo, Mpulungu, Malasa, Chituta, Isanga, Karilani, Kigoma, Kipilli o Kitumba.

Distribución

Endémico del lago Tanganica, en África, donde habitan en aguas abiertas entre los 5 y los 30 metros de profundidad

Forma

Cuerpo típicamente fusiforme; alargado, delgado e hidrodinámico. Cabeza puntiaguda, gran aleta dorsal y aleta caudal en forma triangular. Esta combinación lo hace perfectamente apto para nadar en aguas abiertas.

Coloración

El color de los distintos ejemplares varía en función de su procedencia.

Las hembras no destacan demasiado por su coloración; son de un color entre marrón/pardo y gris, con los costados y la cabeza de color grisáceo y ciertos tonos pálidos amarillos o azules en las aletas dorsal y anal.

Los machos, sin embargo, si pueden presentar unos bonitos colores que contrarrestan la falta de vistosidad de la hembra. Generalmente, aun partiendo de una base grisácea o beige como las hembras, su cabeza suele ser de un vistoso y llamativo azul eléctrico, y la zona dorsal es también azul. Las aletas anal y dorsal se presentan en distintos tonos de azul (desde el azul oscuro hasta casi el negro); las ventrales presentan el mismo tono, pero con los bordes blanco-amarillentos; la aleta caudal es amarilla y las aletas pectorales, transparentes. En época de apareamiento la coloración es, si cabe, más vistosa aún.

Tamaño

Los machos son ligeramente más grandes y suelen alcanzar los 10cms de longitud, frente a los 8-9cms de la hembra. No obstante, la longitud suele depender del lugar de procedencia y parece ser que se han registrado ejemplares de hasta 14cms.Tamaño

Son peces de tamaño medio, los machos de 100 a 120 mm, mientras que las hembras de 80 - 90 mm.

Dimorfismo sexual

La diferenciación de sexos es bastante evidente por el distinto patrón de color que presentan los machos y las hembras. Este dimorfismo empieza a evidenciarse ya en ejemplares juveniles.

Condiciones del agua

Agua ligeramente alcalina.

Entre 8 y 9 de Ph.

Agua moderadamente dura, entre 12 y 20º dGh.

Temperatura: Entre 23 y 25º Constante todo el año.

La especie es más sensible a temperaturas elevadas que a las disminuciones accidentales de la misma. En verano una buena forma de tratar de bajar la temperatura es no encender la iluminación y abrir la tapa del tanque.

Acuario

Si buscamos un acuario específico, 100 litros podrían ser suficientes para mantener un solo macho con tres hembras. Si lo que pretendemos es un acuario comunitario con otras especies de cíclidos deberíamos pensar, al menos, en una urna de 200 litros, preferiblemente de al menos un metro de largo para facilitarles una distancia mínima de nado y 50cms de alto como mínimo. Imprescindible que el acuario esté tapado porque tienden a saltar, sobre todo en época de reproducción.

Las plantas no son parte de su hábitat, pero tampoco lo son de su dieta, por lo que podríamos ponerlas si así lo deseamos. Las más adecuadas podrían ser plantas de porte bajo de las familias Anubia, Vallisneria o Thypa, entre otras que no interfieran en la natación, para lo cual deberemos dejar despejada al menos la parte media-alta del acuario (no debemos olvidar que es un cíclido de aguas abiertas, y es un estupendo y ágil nadador). Por ese mismo motivo, la temperatura del acuario será algo más fría que la recomendada para otros peces del lago Tanganica, si bien se adapta sin excesivo problema a temperaturas un poco más cálidas. El resto de parámetros serán también los habituales del lago, como se ha detallado con anterioridad.

Completaremos la decoración con piedras que les sirvan de refugio creando cuevas y escondrijos entre ellas.

Imprescindibles los cambios frecuentes de agua y una buena filtración, puesto que es un pez muy sensible a las variaciones en la química del agua (sobre todo a la presencia de nitritos y nitratos). En este sentido, cuando los introducimos por primera vez en el acuario requieren una aclimatación minuciosa. Si somos minuciosos con estas recomendaciones, conseguiremos unos peces resistentes que rara vez enfermarán.

Alimentación 

Omnívoro.

En libertad se alimentan del zooplancton que encuentran en aguas abiertas.
En el acuario aceptará prácticamente todo tipo de alimento, tanto vivo como congelado, seco o liofilizado, pero siempre de pequeño tamaño: Daphnia, larvas de mosquito, crustáceos, escamas, papilla casera, Artemia, alimento específico para cíclidos africanos, espirulina… lo ideal es variar su dieta y combinar distintos alimentos. Sólo los gránulos no parecen ser muy de su agrado; es posible que los rechace.

Comportamiento

Es una especie de cardumen que podremos combinar con otros cíclidos que ocupen la zona inferior del acuario, puesto que ellos ocuparán la parte media-alta del mismo. En este sentido, lo ideal es mantener un grupo numeroso de estos peces.

Por lo general su comportamiento será pacífico, más allá de las disputas por el territorio con otros machos de la misma especie. No interfiere en absoluto con las especies de fondo ni con aquellas asociadas a las rocas. En un acuario espacioso, cualquier otra especie del lago Tanganica puede ser una buena opción como compañera de acuario, salvo los “frontosas” que son sus depredadores naturales. En particular se recomienda asociarlos con Paracyprichromis.

En la naturaleza las hembras se desplazan en grandes bancos acompañadas por machos no dominantes y alevines, y entre ellas se percibe también cierto nivel de jerarquía. En acuario tienden a ser los peces dominantes, particularmente en el nivel medio.

En época de reproducción los machos son muy persistentes con las hembras.
Nadador incansable y muy buen saltador. Cuando están estresados se suelen quedar estáticos sobre alguna roca.

Reproducción

Ovíparo e incubador bucal maternal. A diferencia de otros incubadores bucales, que frezan en la arena, éstos lo hacen en la superficie.

Es un pez que presenta actitudes reproductoras desde muy joven, que pueden ser estimuladas además con una buena calidad de agua, comida variada y cambios de aguas semanales.

Se recomienda la cría en grupos de tres hembras por cada macho.

El cortejo se puede dividir en tres fases.

En una primera fase, una vez la hembra entra en el territorio de un macho, éste vibra, ladea el cuepo y despliega sus aletas al máximo con intención de atraerla. Es el momento en que el macho muestra un colorido más intenso y llamativo. Si la hembra no está por la labor, será inmediatamente expulsada; pero, si lo está, se plantará frente al macho y éste redoblará el cortejo expulsando sin contemplaciones del territorio a todo otro macho o hembra que pretenda entrar.

En una segunda fase el macho comienza a pasar por encima de la hembra de forma reiterada, tratando de que se adentre en su territorio de forma más profunda, y se acerca a sus costados aflojando su boca protráctil.

En la tercer y última fase el macho exhibe su aleta anal como estímulo al desove. Entre tanto, la hembra permanece totalmente estática ante tanto despliegue. La hembra deposita entonces los huevos –de entre 3 y 4 milímetros de diámetro–, de uno en uno, sobre una roca o en la superficie para posteriormente recogerlos en su boca, donde serán fecundados por el macho. La puesta puede durar variar horas, y una vez finalizada la hembra abandona el territorio del macho con la garganta dilatada y llena de huevos

Los alevines permanecerán en la boca materna entre 18 y 24 días hasta el completo consumo del saco vitelino. Durante este periodo la hembra apenas se alimenta, y no dejará de remover -primero los huevos, y posteriormente los alevines- relajando y contrayendo sus músculos para oxigenarlos bien. En esta fase debemos evitar realizar tareas de mantenimiento en el acuario, puesto que ésto podría generar estrés en la hembra incubadora y provocar que se tragara la puesta.

Como se ha comentado ya, los ejemplares reproductores son propensos a saltar en el transcurso de esta etapa, por lo que es necesario mantener el acuario tapado.

Una vez consumido el saco vitelino, los alevines, completamente formados ya, serán liberados, pudiendo ser alimentados ya con nauplios de artemia y en breve también con escamas muy bien trituradas. Una vez expulsados de la boca la hembra no volverá a coger a los alevines.

Durante los primeros días los alevines son muy torpes nadando y son por tanto pasto fácil para otros peces. No es mala idea separar a la madre a un acuario de cría, con la misma agua, justo unos días antes de que los expulse, pero deberemos realizar la operación de una forma ágil y rápida para que no perciba peligro alguno.

Con una buena alimentación y respetando las condiciones de parámetros de agua y espacio, los alevines alcanzarán los 5cms a los 5 meses de vida y ya será posible sexarlos.